Los claroscuros de un viaje: Memorias Winnipeg, Víctor Pey

“El viaje se hizo al principio con las luces apagadas porque el barco pasaba frente a las costas de España, estaba la marina de guerra de Franco y pensamos que podía tomar alguna reacción en contra del Winnipeg, felizmente no pasó nada. El barco tocó en un puerto francés en Guadalupe para reabastecerse de combustible y de alimentos. Estuvo un día nada más, de ahí salimos hasta Colón el puerto panameño, llegamos a Valparaíso en la noche y como ya era tarde, las autoridades impusieron que el desembarque se efectuase el día siguiente, de manera que estuvimos la noche ¿no? porque estábamos ahí. Además se veían todas las lucecitas esas de los cerros que era una espectáculo precioso, muy bonito. Y al día siguiente en la mañana desembarcamos. Había tareas de identificación y de vacunación, nos vacunaron y nos embarcamos en un tren especial que había ahí…la gente, el pueblo, los campesinos, en fin, sabían que íbamos en ese tren y salieron a nuestro encuentro y nos encontraron y nos saludaban con banderas, en fin de manera que fue un espectáculo muy grato, muy grato…llegamos a la estación Mapocho debe haber sido a eso de las seis de la tarde una cosa así, el mes de septiembre, la estación estaba llena de gente, estaba atestada de gente que iba recibirnos, ahí nos distribuyeron en distintas pensiones y bueno ahí se empezó nuestra vida del exilio en Chile…”

Víctor Pey, ingeniero (1915-) (Entrevista)

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José Llagaría Jiménez y su hijo Fernando Llagaria Vazquez

José Llagaría Jiménez, padre de Fernando Llagaria Vazquez. Fernando vive en Andaya, Valencia y nació en Linares, Chile 1957. Ha vivido como un testigo privilegiado de los momentos más intensos de nuestra historia contemporánea en Chile y en España. Aquí hay unos extractos del testimonio de sus recuerdos recolectados de la revista de la casa Chile en Valencia (España), titulada “Copihue Rojo”. En Chile era “el gringito” y aquí en España, soy para mis amigos “el chileno”. Siento que tanto allí como aquí me lo dicen con todo afecto, ellos saben que soy el fruto de uno de esos miles de españoles que sufrieron el exilio para escapar de la dictadura de Franco y luego de la de Pinochet, que hicieron del mundo su patria y que fueron de aquí para allá buscando un rinconcito donde salvar la vida, alejado de tanto canalla con inmenso poder.
Somos los hijos del Winnipeg; “El barco de la esperanza” que llevó a más de dos mil refugiados a Chile…. Nunca te olvides de donde están tus raíces. Nací en Linares y allí viví diecisiete años…. Viajamos a España con la consideración de repatriados. … Fue un viaje lleno de contradicciones emocionales. Dejaba atrás a mis mejores amigos, Los Tapia y los Bahamondes, ellos nos fueron a despedir a la estación del tren. Allí dimos rienda suelta a nuestras emociones y entre muchos llantos y abrazos nos dijimos adiós, con un inmenso nudo en la garganta, sin poder ponerle palabras al momento, porque lo había prohibido la autoridad. Fueron momentos de gran ansiedad. Ignorábamos cómo nos iba a tratar el destino y ni siquiera teníamos la seguridad de que podríamos salir del país (Chile). Por fin a las 11 de la mañana de un 3 de septiembre partimos. Nunca imaginé que viviría en carne propia una experiencia similar a la que trajo a mi padre hasta Chile. De la misma manera que 35 años antes, mi padre se embarcaba en el puerto de Valparaíso para repetir esa travesía, pero a la inversa. Las coincidencias no podían ser mas macabras: la misma represión, la misma derrota, el mismo muelle, el mismo mes y el mismo día 4 de septiembre. Desde la otra orilla del planeta, desde el otro hemisferio de la historia. La vida es como un espejo; te sonríe si la miras sonriendo.

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Exiliada – Raquel Valero

Exiliada – Raquel Valero
Siento que todos y todas las que escribimos por aquí, tenemos, de alguna manera, un pasado o unas raíces comunes. Esas raíces y ese pasado que sólo desde este nuevo siglo, empiezo a buscar. Una de las cosas para mí, importantísima, fue volver a Chile en el 2003. Y me pregunto ¿de dónde soy exiliada, yo? Por lo visto, se supone, que al nacer en España, sería de España, pero mi dolor y mi añoranza, durante años, fue de Chile. Hoy en día, estoy más adaptada aquí, sobretodo en Valencia, que era donde mi familia quería volver y la tierra que añoraba, pero nunca sé de dónde soy. Quizá como dice Sylvia, medio santiaguina, medio valenciana. Aunque siempre digo que yo soy una chileno-valenciana, porque para mí, España la siento más lejana, quizá por cuestiones políticas y esa bandera que no conocía, ni reconozco…

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Agnes América Winnipeg

Ah… I remember Agnes América Winnipeg’s mother… She showed up on the quay in Trompeloup with no husband but two small children, and nearly 9 months pregnant… Neruda would not grant her a visa… so she threatened to jump into the sea and started walking towards it… They had to hold her back, and the poet… he gave her a visa… Her husband had managed to get on board as well… The girl was born a week later, hence the names… Agnes, in honour of the captain’s wife… Everybody has their story…

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El pintor José Balmes

El pintor José Balmes (1927-2016) recuerda: «Toda la bahía estaba iluminada, casi nadie se movió de cubierta hasta el amanecer. Había sol de primavera ese 4 de septiembre. En tierra rostros y manos nos decían su amistad, su bienvenida.

Después de mucho tiempo sabíamos nuevamente el significado de un abrazo (…) El tren nos llevó pronto a Santiago y, al paso lento por las estaciones, gentes que no conocíamos nos entregaban rosas y claveles. Al anochecer miles de hombres y mujeres nos esperaban en la estación Mapocho en medio de una multitud de cantos y banderas. Un tiempo después esta tierra también sería ya la mía para siempre».

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José Balmes, painter

José Balmes, painter, remembers : “The whole bay was illuminated; no one moved before dawn. It was the 4th of September, yet the sun gave it an air of spring. On shore, hands and faces were demonstrating their friendship and bidding us welcome.

It took us a while to recall the meaning of a hug. (…) The train swiftly took us to Santiago and, whenever we slowed down to pass through the stations, strangers would give us roses and carnations. In the evening, thousands of men and women were waiting at the Estación Mapocho to welcome us with songs and banners. Later, this land would become mine too, for the rest of my life.”

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Le peintre José Balmes

Le peintre José Balmes (1927-2016) se souvient : « Toute la baie était inondée de lumière ; presque personne n’a bougé du pont avant l’aube. En ce 4 septembre, le soleil avait un air de printemps. À terre, les mains et les visages nous témoignaient leur amitié, nous souhaitaient la bienvenue.

Il nous fallut du temps pour nous souvenir de la signification d’une accolade. (…) Le train nous conduisit rapidement à Santiago et, lorsque nous ralentissions pour traverser les gares, des inconnus nous offraient des roses et des œillets. Le soir venu, des milliers d’hommes et de femmes attendaient à la gare Mapocho pour nous accueillir avec une multitude de banderoles et de chansons. Plus tard, cette terre deviendrait mienne pour le restant de mes jours. »

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