Cuando era pequeña compartí mucho tiempo con mi abuelo materno quién iba todas las tardes a buscarme al jardín y después al colegio. Crecí escuchando la historia de un barco que se trajo a muchas personas que huían de algo que no entendía, entre esas personas venía Joan mi bisabuelo, Vincent mi abuelo y Manuela mi bisabuela a quién le debo el nombre. Años después comencé a entender la envergadura de esta historia sobre el exilio y la República que nunca fue. Hoy comparto techo con mi abuelo, Vicente Solá Sales, quién fuera el niño de siete años que llegó una vez en el navío liberador junto a sus padres. Esta es una de memorias que trajo a Chile el Winnipeg y se debe contar junto a las tantas otras que no se han sabido.
Manuela Pacheco SOLÁ, nieta y bisnieta del Winnipeg.