Resultaba increíble que gracias a Pablo Neruda, su abuelo se hubiera salvado de los campos de concentración franceses y hubiera conseguido un pasaje tan anhelado en aquel buque. Por lo que he leído siempre tanto mi familia como el antiguo médico del pueblo, él trabajaba como enfermero y esto hace superar su experiencia en esta profesión debió de ser muy útil en tan largo viaje. Intenté encontrar familiares que quizá me pudieran aportar más información, sin embargo.
Category: Familia
Mi abuelo, el niño del Winnipeg-Vicente Solá Sales
Cuando era pequeña compartí mucho tiempo con mi abuelo materno quién iba todas las tardes a buscarme al jardín y después al colegio. Crecí escuchando la historia de un barco que se trajo a muchas personas que huían de algo que no entendía, entre esas personas venía Joan mi bisabuelo, Vincent mi abuelo y Manuela mi bisabuela a quién le debo el nombre. Años después comencé a entender la envergadura de esta historia sobre el exilio y la República que nunca fue. Hoy comparto techo con mi abuelo, Vicente Solá Sales, quién fuera el niño de siete años que llegó una vez en el navío liberador junto a sus padres. Esta es una de memorias que trajo a Chile el Winnipeg y se debe contar junto a las tantas otras que no se han sabido.
Manuela Pacheco SOLÁ, nieta y bisnieta del Winnipeg.
Lista de pasajeros: mi abuelo y su hermano
Después de la Guerra Civil en España, muchos de los republicanos españoles que huyeron a Francia terminaron en los campos de concentración del sur del país y entre ellos se encontraban mi abuelo Francisco Mencía Roy y su hermano Cosme Mencía Roy.
En 2015 cuando estaba haciendo un proyecto de visualización de barcos y poesía, con la idea de presentarlo en el festival de e-poetry en Buenos Aires, es cuando hice este descubrimiento al encontrar sus nombres en el internet, en una lista de pasajeros de un barco de carga llamado Winnipeg. El famoso poeta Pablo Neruda, que trabajaba como cónsul oficial de inmigración, y vivía en Chile en ese momento, por su amor por España y con la solidaridad de la causa, decidió ayudar a estos refugiados con la asistencia de Pedro Aguirre Cerda, el Presidente de Chile en ese momento. Neruda fue el que flotó el barco el 4 de agosto de 1939 del Puerto de Trompeloup – Pauillac (Francia) a Valparaíso (Chile), con cerca de 2.200 españoles exiliados
En un principio pensé que sería una buena idea crear una visualización de los barcos que viajaron a América Latina durante el mes de agosto de 1939, con el Winnipeg siendo la estrella, como la nave de cargo de muchos sentimientos, esperanzas y despedidas. Desafortunadamente no fue fácil encontrar la información sobre los barcos digitalizada pero la emoción de ver el nombre de mi abuelo en el internet y esta parte de la historia de su vida y, de España, me llevo a investigar más en este terreno y tomar la oportunidad de a la vez que viajaba a Buenos Aires, visitar Valparaiso y Santiago de Chile el el verano del 2015. (M.Mencía)
Miguel and José Ballester Soriano. A mother who never again was able to hug and kiss his children.
Miguel and José Ballester Soriano married two sisters Juana Hilda Laferte Chávez and Luz Marina Lafertt Chávez (a typographical error in the first surname that passed to the children). My aunt Marina and her eldest daughter came to Spain at the beginning of the 60s, to meet my uncles’ parents and the rest of the family. They were 5 brothers, 2 died, two were exiled and these two brothers, when their parents died, inivited the other brother to go to Chile and see each other. On the trip he met Nino Bravo, I think that when he came to Chile, he talked more about it than about his brothers and nephews.
Three years ago I found out that they traveled in the Winnipeg (I got in touch with Jaime Cardona Jasenwirth and he gave me a lot of information about my uncles, today Ana Calero San Martín has contacted me, both descendants of the Winnipeg passengers), in addition I had hearded the name of Pablo Neruda in my house. Miguel and José Ballester Soriano were my mother’s first cousins and the relationship with their parents was always very close. Their mother and my grandmother were sisters but even though they had two more brothers, my great aunt always leaned on my grandmother, she would bring up the letters the family sent so that my sister could read them to her and answer them.
They sent pictures every year, I do not remember them because I was very young, and apparently my mother and her brother also sent photos of us, because when my uncle José came to Chile, out of all the cousins, he could only recognized my mother and his brother. My uncle José and his wife lived two years here in Chile and with the Pinochet’s dictatorship, he had to leave Chile to East Germany, however, his children, brothers and nephews stayed. A friend got them a job in Venezuela and they travelled there. He said: “there we are at least halfway”. In 1984 my uncle Miguel died, uncle José wrote to let us know. What I don’t remember is if he had already returned to Chile. In 1997 my uncle José died. The communication with our part of the family was cut off, but I know they keep in touch with their cousins . Now that I have been able to see the photos of my uncle José when he was doing all the paperwork to stay in Chile, I have understood why my mother’s brother recognized him when he saw him pass in the car that brought him to the village, he looks a lot like his brother Rafael who died here.
My great aunt used to say: of 5 children, 4 have died, to which my grandmother replied: “Elvira do not say that, they and you have a family on the other side of the world.” YES BUT I WILL NEVER BE ABLE TO HUG THEM AGAIN. This is just what I remember or what I heard my mother saying, I’m not sure, about when my uncle lived in Spain in the 70s, I miss them.
José Llagaría Jiménez y su hijo Fernando Llagaria Vazquez
José Llagaría Jiménez, padre de Fernando Llagaria Vazquez. Fernando vive en Andaya, Valencia y nació en Linares, Chile 1957. Ha vivido como un testigo privilegiado de los momentos más intensos de nuestra historia contemporánea en Chile y en España. Aquí hay unos extractos del testimonio de sus recuerdos recolectados de la revista de la casa Chile en Valencia (España), titulada “Copihue Rojo”. En Chile era “el gringito” y aquí en España, soy para mis amigos “el chileno”. Siento que tanto allí como aquí me lo dicen con todo afecto, ellos saben que soy el fruto de uno de esos miles de españoles que sufrieron el exilio para escapar de la dictadura de Franco y luego de la de Pinochet, que hicieron del mundo su patria y que fueron de aquí para allá buscando un rinconcito donde salvar la vida, alejado de tanto canalla con inmenso poder.
Somos los hijos del Winnipeg; “El barco de la esperanza” que llevó a más de dos mil refugiados a Chile…. Nunca te olvides de donde están tus raíces. Nací en Linares y allí viví diecisiete años…. Viajamos a España con la consideración de repatriados. … Fue un viaje lleno de contradicciones emocionales. Dejaba atrás a mis mejores amigos, Los Tapia y los Bahamondes, ellos nos fueron a despedir a la estación del tren. Allí dimos rienda suelta a nuestras emociones y entre muchos llantos y abrazos nos dijimos adiós, con un inmenso nudo en la garganta, sin poder ponerle palabras al momento, porque lo había prohibido la autoridad. Fueron momentos de gran ansiedad. Ignorábamos cómo nos iba a tratar el destino y ni siquiera teníamos la seguridad de que podríamos salir del país (Chile). Por fin a las 11 de la mañana de un 3 de septiembre partimos. Nunca imaginé que viviría en carne propia una experiencia similar a la que trajo a mi padre hasta Chile. De la misma manera que 35 años antes, mi padre se embarcaba en el puerto de Valparaíso para repetir esa travesía, pero a la inversa. Las coincidencias no podían ser mas macabras: la misma represión, la misma derrota, el mismo muelle, el mismo mes y el mismo día 4 de septiembre. Desde la otra orilla del planeta, desde el otro hemisferio de la historia. La vida es como un espejo; te sonríe si la miras sonriendo.
Exiliada – Raquel Valero
Exiliada – Raquel Valero
Siento que todos y todas las que escribimos por aquí, tenemos, de alguna manera, un pasado o unas raíces comunes. Esas raíces y ese pasado que sólo desde este nuevo siglo, empiezo a buscar. Una de las cosas para mí, importantísima, fue volver a Chile en el 2003. Y me pregunto ¿de dónde soy exiliada, yo? Por lo visto, se supone, que al nacer en España, sería de España, pero mi dolor y mi añoranza, durante años, fue de Chile. Hoy en día, estoy más adaptada aquí, sobretodo en Valencia, que era donde mi familia quería volver y la tierra que añoraba, pero nunca sé de dónde soy. Quizá como dice Sylvia, medio santiaguina, medio valenciana. Aunque siempre digo que yo soy una chileno-valenciana, porque para mí, España la siento más lejana, quizá por cuestiones políticas y esa bandera que no conocía, ni reconozco…
Ester Vila, my father’s family
Ester Vila, my father’s family are originally from Spain, they arrived on the Winnipeg.
Ester Vila, La famille de mon père
La famille de mon père est originaire d’Espagne. Ils sont arrivés sur le Winnipeg
Mi familia paterna – Ester Vila
Mi familia paterna viene de España, llego en el Winnipeg.
Miguel y José Ballester Soriano.Una madre que nunca mas pudo abrazar y besar a sus hijos
Miguel y José Ballester Soriano. Casaron con dos hermanas Juana Hilda Laferte Chávez y Luz Marina Lafertt Chávez (un error tipográfico en el 1º apellido que pasó a los hijos).
Mi tía Marina y su hija mayor vinieron a España a principios de la década de los 60, a conocer a los padres de mis tíos y al resto de la familia.
Ellos eran 5 hermanos, dos se exiliaron, 2 murieron y el que quedaba vivo, cuando murieron sus padres, los hermanos le pagaron el viaje a Chile para verse. En el viaje conoció a Nino Bravo, yo creo que cuando vino habló mas de eso que de sus hermanos y sobrinos.
Hace unos tres años que supe que ellos viajaron en el Winnipeg (me puse en contacto con Jaime Cardona Jasenwirth y me dio muchos datos de mis tíos, hoy se ha puesto en contacto conmigo Ana Calero San Martín, ambos descendiente de pasajeros del Winnipeg), sin embargo si oí el nombre de Pablo Neruda en mi casa. Ellos eran primos hermanos de mi madre, pero la relación con sus padres siempre fue muy cercana. Su madre y mi abuela eran hermanas pero a pesar de que tenían dos hermanos mas, mi tía-abuela siempre se apoyó en mi abuela, subía las cartas que mandaban para que mi hermana se las leyera y las contestara.
Mandaban fotos todos los años, yo no las recuerdo ya que era muy niña, y al parecer mi madre y su hermano también les mandaron fotos de nosotros, ya que cuando mi tío José vino de todos los primos que tenían solo reconoció a mi madre y a su hermano.
Mi tío José y su esposa vivieron dos años aquí, ya que tocó salir de Chile a Alemania del este, con la dictadura de Pinochet, pero sus hijos, hermanos y sobrinos quedaron en Chile, entonces un amigo le consiguió trabajo en Venezuela y marcharon para allá, él dijo: “allí estamos a menos de mitad de camino”.
En 1984 murió mi tío Miguel, el tio José escribió para decirlo, lo que no recuerdo es si él ya había regresado a Chile. En 1997 murió mi tío José. La comunicación con nuestra rama de la familia se cortó, pero se que con sus primos hermanos mantienen el contacto.
Ahora que he podido ver las fotos de mi tío José de cuando hacía todo el papeleo para quedarse en Chile, he comprendido porque el hermano de mi madre lo reconoció cuando lo vio pasar en el coche que lo trajo al pueblo, se parece mucho a su hermano Rafael que es el que murió aquí.
Mi tía-abuela, su madre, siempre le oí decir: de 5 hijos, 4 se me han muerto, a lo que mi abuela le respondía: “Elvira no digas eso, ellos y tú tienen una familia al otro lado del mundo”. SI PERO NUNCA LOS VOLVERÉ A ABRAZAR.
Esto es lo poco que recuerdo o lo que escuché contar a mi madre, no estoy segura, de cuando mi tío vivió en España en los 70, si los recuerdo.