Los pasajeros del Winnipeg

Enhorabuena, María, no sabes cuánto siento no poder asistir a tus presentaciones de junio del 2018. Acabo de volver de Madrid y estoy en Boston.
Es estupendo el trabajo que estás haciendo y tu Blog es fantástico.
Solo una objeción, que es la lista de pasajeros del Winnipeg que has colgado y que ha causado enorme turbulencia. La publicó originalmente Jaime Ferrer con mucho mérito, con los escasos documentos de los cuales se tenía conocimiento entonces, por lo que, inevitablemente, contiene muchas omisiones, errores en los nombres y hasta lista personas que no fueron pasajeros. Como no ha habido otra, esa lista preliminar y por fuerza defectuosa se ha reproducido, publicado en numerosos sitios y por distintos medios, consultado y distribuido extensamente como si fuera “oficial” que no lo es ni mucho menos.

Desde hace años, muchos pasajeros, yo incluida, y muchos descendientes de pasajeros, hemos hecho notar que la lista es incompleta y que hay muchos errores, pero las entidades que la publican ni la han modificado ni han añadido una explicación que no es completa y contiene errores. Ni que decir tiene, dicha lista ha causado mucha desesperación y hasta indignación a muchos de los pasajeros omitidos y a sus descendientes. Como dato curioso, dicha lista también parece omitir a más mujeres que a hombres. Por ejemplo, incluye el padre de Montserrat Julió, la gran actriz, pero no a ella ni a su madre. Igualmente, incluye a mi padre, pero no a mi madre ni a mí. Y eso que tanto Montserrat como yo estamos en la foto de “los niños del Winnipeg” que se tomó en el barco y se ha publicado por diversos medios, y pese a que ambas aparecemos en numerosos documentos y libros y artículos, entre otros de mi padre, donde se menciona que éramos pasajeras del Winnipeg.

Dicha lista no solo ha causado daños emotivos, si no también reales. Por ejemplo, mis hijos solicitaron nacionalidad española a base de la Ley de la Memoria, pero dos Consulados de España, dispuestos a no otorgársela, alegaron que yo no estoy en la lista de pasajeros y por lo tanto no había llegado en el Winnipeg, ni fui refugiada, y rechazaron sus solicitudes. No aceptaron la gran evidencia que presentaron que indica lo contrario. Por si fuera poco, un señor publicó dicha lista en Facebook con el título: “Esta es la lista completa de los pasajeros del Winnipeg.”

Este es uno de los muchos comentarios:
“Rosario Miranda commented on Miguel Millan’s post in WINNIPEG EL BARCO DE LA ESPERANZA.
Rosario Miranda
Rosario Miranda 12:52pm Oct 6
Señor Millán…una vez más,,, …esta es la lista incompleta de los pasajeros del Winnipeg, del primer libro que editó Jaime Ferrer, faltamos muchos.,,,..sólo de mi familia diez personas…mi madre y los nueve hijos…”

Tengo entendido que se está preparando una lista basada en documentos fidedignos. Hasta que se dé a conocer, convendría que la lista de Jaime Ferrer se reproduzca solo si va con una explicación de que estuvo hecha en una época en que no había documentación fidedigna disponible para verificar los verdaderos pasajeros, y contiene omisiones y errores.

Por lo demás, este “site” es muy hermoso. Muy buena suerte con tu estupendo proyecto,

Elena Castedo
Autora de la novela sobre una niña de la Guerra Civil refugiada en Chile, “Paradise,” Grove Press, 1995, Finalista del National Book Award en Estados Unidos, y de la auto-traducción al castellano, “El paraíso,” Ediciones B, Barcelona; Club de Lectores, España; Editorial Zig-Zag, Chile; Editorial Tiempos Modernos, Buenos Aires; Editorial Planeta, México y otras ediciones.

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Mi abuelo José Ramón Gallardo Valero

Hola, mi nombre es Claudio Cortes Gallardo, y he creado una página en Facebook para buscar a los descendientes de mi abuelo que quedaron en España, luego que dejara su país después de la guerra civil en el año 1939. Mi objetivo es conocerlos, contarles sobre mi abuelo y cerrar el círculo familiar que por tanto años ha estado con este vacío histórico.

José Ramón Gallardo Valero, nació el 02 de noviembre de 1899, en la localidad de Caniles, Granada, España. Durante la guerra civil española (1936-1939) combatió en las filas republicanas y que producto de la difícil situación que se vivía en ese momento por la guerra, se vio obligado a auto exiliarse a Francia y llegó a Chile en el buque carguero llamado Winnipeg, que fue gestionado por el querido Pablo Neruda para transportar a más de 2.000 españoles refugiados que serían recibidos en Santiago de Chile el 3 de septiembre de 1939. Esto lo llevó a dejar su patria y también a su familia e hijos, que nunca más volvió a ver. Luego de su llegada a Chile, pasado los años, mi abuelo se casa con la que fue mi abuela y yo soy uno de sus descendientes.
Los nombres de sus hijos que dejo en España, son: Ana María, Antonia, José Luis y Manuel.
En este momento vivo en Polonia, pero en breve dejare este pais para recorrer el mundo, esperando que algun dia haga contacto con alguno de los descendientes de mi abuelo.

Gracias Maria por el espacio que nos has dado.

Un abrazo para todos!
Claudio Cortes Gallardo

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campos de concentración- la unión de la vida y la muerte

Los campos de concentración en Francia europea fueron varios: Le Perthus, Prats de Molló, Argelés sur Mer, Agde, Saint Cyprien, Tour de Carol, Mont Louis, Amélie-Les Bains, Arles sur Tech, Vernet-les Bains, Gurs, Barcarés, Septfonds, Bram, Mazéres…Hubo otros en suelo argelino y marroquí. En cada uno de ellos, miles de refugiados alimentaban sus esperanzas, estoicamente, mientras a su alrededor nacían criaturas que eran paridas sobre húmedas arenas y cientos de disentéricos agonizaban y contagiaban a sus compañeros de infortunio. Eran la vida y la muerte que nuevamente se unían, ahora en tierra extanjera. (En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir, páginas 35-36)

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Winnipeg, una palabra alada

Me gustó desde un comienzo la palabra ‘Winnipeg’. Las palabras tienen alas o no las tienen. Las ásperas se quedan pegadas al papel, a la mesa, a la tierra. La palabra ‘Winnipeg’ es alada. La vi volar por primer vez en un atracaderp de vapores, cerca de Burdeos. Era un hermoso barco viejo, con esa dignidad que dan los siete mares a lo largo del tiempo. Lo cierto es que nunca llevó aquel barco más de setenta u ochenta personas a bordo. Lo demás fue cacao, copra, sacos de café y arroz, minerales. Ahora le estaba destinado un cargamento más importante: la esperanza. (Pablo Neruda en la portada de Los españoles del Winnipeg, el barco de la esperanza de J. Ferrer Mir)

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