Argelés-Sur-Mer

Argelès-sur-Mer
El campo de Argelés-Sur-Mer llegó a contar con una población superior a las 90.000 personas. (En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir,p 38)
Le camp d’Argelès-sur-Mer a fini par abriter plus de 90 000 personnes. (Los Espagnoles de Winnipeg, J. Ferrer Mir, p.38)
The camp in Argelès-sur-Mer eventually held more than 90 000 people. (Los Espagnoles de Winnipeg, J. Ferrer Mir, p.38)

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Juan Carrasco- campo de Agde

Desde un comienzo, las condiciones de vida en los campos de concentración fueron infrahumanas. En algunos, como en el de Agde, por ejemplo, a la llegada de los primeros miles de refugiados no había nada, absolutamente nada y solo después de largos días, soportando las inclemencias del tiempo, hicieron su aparición camiones del ejército francés cargados de tablones con los cuales los mismos refugiados debieron construirse barracones, que nunca alcanzaron el número suficiente para cobijarlos a todos. Juan Carrasco en su libro ‘La odisea de los republicanos españoles en Francia’. (En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir,Páginas 39 y 40)

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Salvador Morena Mas

Salvador Morenas Mas nos cuenta: Apenas cruzamos la frontera con Francia, nos desarmaron a todos. Era una gran vaguada rodeada de montañas; por la parte baja corría un río. En el contorno, cada 10 m, un guardia senegalés vigilaba que ningún refugiado abandonar a lugar. Tenían orden de tirar al que lo intentara y fueron muchos los que cayeron. Cientos de personas llegaban por diferentes senderos y desembocaron en ese punto. En Agde se formaron poco a poco tres campos de concentración. A mí me tocó en el campo número uno. Éstos campos los llamaban de los catalanes porque casi todos lo éramos. También llegó al campo número uno de aquí de Juan Vélez Soriano (catalán, 69 años), el más joven de los combatientes republicanos que viajo a Chile a bordo del Winnipeg. 44, 45

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Joan Abril -Sant Cyprien-16 despues

Al cabo de 16 años regrese a la playa de Saint Cyprien. Era una mañana calurosa de agosto. ¡Qué campo más notable! No había ni rastro del campo de concentración, no se veía ningún detalle que se recordará que el recinto horrible. en su lugar, oye existe una espléndida organización con grandes avenidas y calles bordeadas elegantes chalets, de casas lujosas y departamentos con jardines deliciosos. Me resultó agradable observar la amplia extensión del mar, cuyas hola sigan llegando sobre la playa lisa. La gente que actualmente reside allí no puede imaginarse que antes existía un trozo de playa regada con las lágrimas de millares de desventurados y que muchos murieron allí de enfermedad, de hambre y de añoranza. Los alegres grupos que hoy vienen a bañarse no saben nada de aquellos hechos trágicos y también ignorar las escenas más inhumanas que sucedieron en estas playas. Aun kilómetro escaso de esta organización, en la carretera de Elne, hay un lugar extenso cerrado por paredes bajas y un portón de hierro. En un costado del portal se encuentra la lápida de mármol que recuerda esa mortandad: cementerio de los refugiados españoles muertos en el campo de Shane Ciprien. Algunas cruces de madera sobresalen por entremedio de la hierba silvestre que crece sobre los restos anónimo usted centenares de españoles. Página 50-51

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Joan Abril -Sant Cyprien

Después de cruzar los Pirineos la frontera está vigilada por un ejército de gendarmes los fugitivos la atravesábamos a paso de caracol. A partir de aquí todos los fugitivos fueron conducidos como si fuesen prisioneros, por soldados comandados por los oficiales despóticos inflexibles que repartían bastonazos adiestra y siniestra. Los caminantes formamos una procesión triste que parecía no tener fin. Al oscurecer la columna humana atravesó las calles del palacio de vidrio. En aquellos instantes, los vecinos aguardaban con afectuoso respeto. Estoy seguro de qué pensaban que sería de tantos millares de vencidos arrastrados por la tempestad bélica. Al día siguiente entramos al campo de concentración de Sant Cyprien. Todo el enorme campo estaba cerrado por altas alambradas de púas. Solamente existía una puerta de entrada, controlada por un grupo de gendarmes.
Resultados senegaleses cada uno tenía una ametralladora siniestra apuntando hacia la gran masa humana allí concentrada. Es una de las cosas que causa más angustia el describir aquel campo de concentración, de dolor, de miseria y de desesperación.

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Joan Abril, campo de concentración de Saint Ciprien

Todo el recinto hasta el mar estaba tapizado por una desorbitante multitud. No cabía hombre más.
Las mujeres y los niños estaban concentrados en otro campo. Los guardias franceses daban tiempo cosa de comer a los exiliados de la guerra española. Causaba horror el ver aquel espectáculo verdaderamente trágico los rostros famélicos, febriles, de los desvalidos que soportaban las inclemencias meteorológicas Y que dormían sobre la arena húmeda. Todos deberíamos en la buen pura de los pantanos llenos de parásitos, de Juncos podridos y de hierba anémica. Era una agua salada que ocasionaba trastornos intestinales. Se ha escrito mucha literatura referente al campo de concentración de Saint Ciprien. Ninguno de los autores ha exagerado la realidad de ese infierno, pues todos han dicho siempre la verdad. (En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir, p 50)

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republicanos en campos de concentracion

¡Cuán duro le resultó aceptar la realidad! Francia enviaba a los republicanos a campos de concentración, los consideraba prisioneros de guerra, nos rodeaba y alambradas, apostaba una nutrida vigilancia en tomo a ellos y no les proporcionaba un techo para protegerlos de las lluvias, el viento y el frío. Solo recibieron un trozo de pan y agua que tardo bastante en llegar a sus manos. ( En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir, p 34)

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campos de concentracion

Playa abierta
mares cerrados de pena
aire preso en los espinos…
Argelés Sur Mer
espacio clavado
de hombres caídos
en el pozo sin fondo
de la ilusión perdida …
Paisaje de mantas descoloridas
tufo de pólvora y regusto de sal
hombres peleando
esclavos impelidos
seres agarrados a un sueño
mar abierto y campo cerrado
arena fría y vorágine de sarna.

Cuadro primero de un exilio
inicio de tiempos erráticos umbral de un capítulo salvaje
de tragedia y de calvario.
Allez, allez,
circulez,
Allez, allez,
circulez.
Allez, allez.

Circulad, hombres enjaulados,
corred por la playa lacerada pisad sin tregua la arena destilad vuestro monte de pena.
Os han vencido, habéis perdido.
Allez, allez,
circulez.

Melitón Bustamante Ortiz (Fragmento)
Jaime Ferrer Mir ‘Los españoles del Winnipeg: El barco de la esperanza’.p32

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Neruda- segundo ciclo de su poesía

Distanciándose de su inicial introspección, el segundo ciclo de la poesía de Neruda se dirigió hacia una profunda conciencia social. Hacia mediados de la década de 1920 la sociedad chilena había cambiado notablemente impactando en la visión que el poeta poseía de la vida, tal como él mismo reconoció posteriormente en sus memorias. Neruda había tomado conciencia del retorno de miles de obreros del salitre cesantes a la capital, de la lucha emprendida por Luis Emilio Recabarren, de las reivindicaciones estudiantiles y populares, y del inquebrantable dominio de la oligarquía. Sin ánimo de erradicar el amor, la vida, la alegría o la tristeza de su poesía, Neruda reconoció tajantemente que de la misma manera sintió que “No era posible cerrar la puerta a la calle dentro de mis poemas”. (Confieso que he vivido, 1979, p. 76). A la par de estas circunstancias sociales, la introducción de la política en su poesía y vida fue impulsada por su temprana carrera diplomática iniciada en 1927, año en que fue nombrado como Cónsul chileno en Birmania, lo que inauguró sus contactos con el mundo y sus afanes por la justicia social. En 1927 precisamente aparecerá publicado en España un libro escrito en sus viajes por oriente y Europa, y que se convertirá a ojos de la crítica como unas de sus obras cumbres: Residencia en la Tierra.

La creatividad literaria y poética de Pablo Neruda lo hizo acreedor del transversal reconocimiento de pares y críticos. En 1965 le fue otorgado el grado de Doctor Honoris Causa en la Universidad de Oxford, Gran Bretaña. En 1945 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura y en 1971 recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo el sexto escritor de habla hispana y el tercer latinoamericano en recibir tan importante distinción.

Pablo Neruda fue una figura clave de la cultura y política chilena del siglo XX impactando notablemente en la sociedad y en el mundo artístico nacional. El 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado y de la muerte de su amigo el presidente Salvador Allende, Pablo Neruda falleció en Santiago en la Clínica Santa María víctima de un cáncer de próstata. Con motivo del centenario del nacimiento del poeta, el archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile, montó la exposición “Las Vidas del Poeta”

Memoria Chilena Fuente: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3638.html

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