El Winnipeg

Descubrí el Winnipeg en la Galería Libertad de Querétaro el 09 de septiembre de 2016. Navegaba con tranquilidad en una fotografía proyectada por el Centro de Cultura Digital. Me acerqué para observarlo con detalle y alcancé a ver a uno de los pasajeros agitando su mano a modo de saludo. Al principio pensé que era una ilusión. Había pasado el día anterior en borrachera y mis sentidos no estaban del todo finos, pero el pasajero movía su mano con tanta enjundia que la alucinación, por sí sola, no podía explicar nada. Pensé entonces en algún efecto de GIF producido por los camaradas del Centro. A varios les gustaba hacer cosas así, por lo que no me resultó extraña esa posibilidad. De todos modos me resultaba difícil imaginarme el trabajo que mis compañeros habrían tenido que realizar para esa digitalización de una imagen fija, por lo que albergué, casi son darme cuenta, cada vez más espacio para la posibilidad que al final terminó asentándose como definitiva en mi psiquis. Sucede que cuando me disponía a partir, con el pasajerito en proa aún agitando su mano, alcancé a escuchar un grito, en castellano, obivamente, que me tenía a mí por destinatario. “¡Extraño!”, gritaron. “¿Cuánto falta para Chile, extraño? ¿Cuándo vamos a desembarcar?”. No hice caso y me fui, seguí caminando, en vértigo. Nunca comenté nada con las personas del Centro de Cultura Digital. Regresé un par de ocasiones, pero no se repitió la experiencia. La fotografía siguió fija, como supongo debía permanecer desde el principio…

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Elena Castedo: La lista del Winnipeg

Desde hace años, muchos pasajeros, yo incluida, y muchos descendientes de pasajeros, hemos hecho notar que la lista de pasajeros de Jaime Ferrer es incompleta y que hay muchos errores, pero las entidades que la publican ni la han modificado ni han añadido una explicación que no es completa y contiene errores. Ni que decir tiene, dicha lista ha causado mucha desesperación y hasta indignación a muchos de los pasajeros omitidos y a sus descendientes. Como dato curioso, dicha lista también parece omitir a más mujeres que a hombres. Por ejemplo, incluye el padre de Montserrat Julió, la gran actriz, pero no a ella ni a su madre. Igualmente, incluye a mi padre, pero no a mi madre ni a mí. Y eso que tanto Montserrat como yo estamos en la foto de “los niños del Winnipeg” que se tomó en el barco y se ha publicado por diversos medios, y pese a que ambas aparecemos en numerosos documentos y libros y artículos, entre otros de mi padre, donde se menciona que éramos pasajeras del Winnipeg.
Dicha lista no solo ha causado daños emotivos, si no también reales. Por ejemplo, mis hijos solicitaron nacionalidad española a base de la Ley de la Memoria, pero dos Consulados de España, dispuestos a no otorgársela, alegaron que yo no estoy en la lista de pasajeros y por lo tanto no había llegado en el Winnipeg, ni fui refugiada, y rechazaron sus solicitudes. No aceptaron la gran evidencia que presentaron que indica lo contrario. Elena dejó este mensaje en este sitio web. (Junio 2018)

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Miguel and José Ballester Soriano. A mother who never again was able to hug and kiss his children.

Miguel and José Ballester Soriano married two sisters Juana Hilda Laferte Chávez and Luz Marina Lafertt Chávez (a typographical error in the first surname that passed to the children). My aunt Marina and her eldest daughter came to Spain at the beginning of the 60s, to meet my uncles’ parents and the rest of the family. They were 5 brothers, 2 died, two were exiled and these two brothers, when their parents died, inivited the other brother to go to Chile and see each other. On the trip he met Nino Bravo, I think that when he came to Chile, he talked more about it than about his brothers and nephews.
Three years ago I found out that they traveled in the Winnipeg (I got in touch with Jaime Cardona Jasenwirth and he gave me a lot of information about my uncles, today Ana Calero San Martín has contacted me, both descendants of the Winnipeg passengers), in addition I had hearded the name of Pablo Neruda in my house. Miguel and José Ballester Soriano were my mother’s first cousins and the relationship with their parents was always very close. Their mother and my grandmother were sisters but even though they had two more brothers, my great aunt always leaned on my grandmother, she would bring up the letters the family sent so that my sister could read them to her and answer them.
They sent pictures every year, I do not remember them because I was very young, and apparently my mother and her brother also sent photos of us, because when my uncle José came to Chile, out of all the cousins, he could only recognized my mother and his brother. My uncle José and his wife lived two years here in Chile and with the Pinochet’s dictatorship, he had to leave Chile to East Germany, however, his children, brothers and nephews stayed. A friend got them a job in Venezuela and they travelled there. He said: “there we are at least halfway”. In 1984 my uncle Miguel died, uncle José wrote to let us know. What I don’t remember is if he had already returned to Chile. In 1997 my uncle José died. The communication with our part of the family was cut off, but I know they keep in touch with their cousins . Now that I have been able to see the photos of my uncle José when he was doing all the paperwork to stay in Chile, I have understood why my mother’s brother recognized him when he saw him pass in the car that brought him to the village, he looks a lot like his brother Rafael who died here.
My great aunt used to say: of 5 children, 4 have died, to which my grandmother replied: “Elvira do not say that, they and you have a family on the other side of the world.” YES BUT I WILL NEVER BE ABLE TO HUG THEM AGAIN. This is just what I remember or what I heard my mother saying, I’m not sure, about when my uncle lived in Spain in the 70s, I miss them.

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Rosario Miranda- Lista de pasajeros

“Rosario Miranda comentó sobre la lista de Miguel Millan en facebook: WINNIPEG EL BARCO DE LA ESPERANZA. Señor Millán…una vez más, …esta es la lista incompleta de los pasajeros del Winnipeg, del primer libro que editó Jaime Ferrer, faltamos muchos, sólo de mi familia diez personas, mi madre y los nueve hijos” Rosario Miranda, 12:52pm Oct 6

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Elena Castedo: La lista del Winnipeg

Desde hace años, muchos pasajeros, yo incluida, y muchos descendientes de pasajeros, hemos hecho notar que la lista de pasajeros de Jaime Ferrer es incompleta y que hay muchos errores, pero las entidades que la publican ni la han modificado ni han añadido una explicación que no es completa y contiene errores. Ni que decir tiene, dicha lista ha causado mucha desesperación y hasta indignación a muchos de los pasajeros omitidos y a sus descendientes. Como dato curioso, dicha lista también parece omitir a más mujeres que a hombres. Por ejemplo, incluye el padre de Montserrat Julió, la gran actriz, pero no a ella ni a su madre. Igualmente, incluye a mi padre, pero no a mi madre ni a mí. Y eso que tanto Montserrat como yo estamos en la foto de “los niños del Winnipeg” que se tomó en el barco y se ha publicado por diversos medios, y pese a que ambas aparecemos en numerosos documentos y libros y artículos, entre otros de mi padre, donde se menciona que éramos pasajeras del Winnipeg.

Dicha lista no solo ha causado daños emotivos, si no también reales. Por ejemplo, mis hijos solicitaron nacionalidad española a base de la Ley de la Memoria, pero dos Consulados de España, dispuestos a no otorgársela, alegaron que yo no estoy en la lista de pasajeros y por lo tanto no había llegado en el Winnipeg, ni fui refugiada, y rechazaron sus solicitudes. No aceptaron la gran evidencia que presentaron que indica lo contrario. Elena dejó este mensaje en este sitio web. (Junio 2018)

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Historia de los pasajeros del Winnipeg. Mesa redonda: Ovidio Oltra.5

A nosotros nos trajo un barco. Con unos marinos que habían sido luchadores por nosotros, durante toda la guerra, trayendo armas y municiones y personal y toda clase de pertrechos. Iban desde Burman, en el norte de Europa, atravesando el estrecho de Gibraltar y llegaban hasta Odesa, y de Odesa pasaban por España y volvían a Burman, y así. Estos hombres formaban la gran mayoría del barco. Pero había, el capitán y unos pocos oficiales muy derechistas que realmente trataban de sabotear el viaje, aunque nosotros entonces no nos dimos mucha cuenta. Ese grupo de hombres estuvieron en Chile retenidos. Porque el barco llega el día 3 de septiembre y la Guerra Mundial también empieza ese día. Francia envió un cable diciendo que el barco quedaba requisado a las ordenes del almirantazgo francés. Pasaron 8 o 10 días y no ocurría nada. El día 10 son invitados, estos marinos, por el Frente Popular y tienen un gran acto en el teatro Caupolicán, donde son muy bien atendidos y después los llevan a un campo vecino de Santiago, donde les hacen un asado. Por la tarde dan un paseo por el centro de la ciudad. Esta gente, el día 12, recibieron la orden del cónsul de embarcar para Francia. Aquí se suscitó la controversia, directamente con el capitán y ciertos oficiales. Ellos no querían volver en ese barco, pero a su vez no querían volver a Francia por que Francia estaba en Guerra. De manera que ahí hubo 8 o 10 días de pelea, hasta que se les consideró como insubordinados. Subieron al Winnipeg marinos chilenos, con fusiles, y los llevaron detenidos. Los tuvieron en una prisión militar. La esposa del doctor Herzog trató de arreglar esto. Se vino hasta Santiago. Como había conocido ya a muchos políticos, se reunió con ellos. Los políticos de más categoría en Chile, en ese momento, instaron al Gobierno a que tuviera un consejo de Ministros, si el Ministro del Interior solo no lo resolvía. Se celebró un consejo de Ministros el día 21 de septiembre. El 22 de septiembre, el Consejo de Ministro ordenó liberarlos. Puesto de acuerdo con el embajador de Francia, dieron la opción, a los que querían volver con este capitán y a los que querían quedarse. 150 se quedaron. Estos 150 quedaron comprometidos a embarcarse lo antes posible, porque ellos no negaban que querían ir a Francia y defender a Francia, pero no querían viajar con el capitán del Winnipeg, a quien consideraban un traidor. Se embarcaron en el vapor Aconcagua y en Copiapó tuvo que parar porque el doctor Herzog y la mujer se enfermaron, sobre todo él, tuvieron que bajarlo con una fiebre altísima.
Los marinos llegaron con el Aconcagua a Balboa. En Balboa los han metido en un campo de concentración, con el pretexto de una cuarentena. Los tuvieron allí 7 u 8 días hasta que llegó un barco francés. Este barco los tomó y los llevó a Cayena, donde embarcaron a unos 50 condenados a cadena perpetua o a trabajos forzados, pero que el gobierno los perdonaba si se inscribían para ir a la primera línea de combate en la guerra. Trataban mejor en este barco, -La salle- a los forzados que a estos marinos. Llegaron a Bres y de Bres a Burdeos y ahí los metieron presos en un castillo y les hicieron un juicio. La odisea de ellos duró hasta el 28 de diciembre, en que los liberaron. Pero la liberación no duró mucho ya que los mandaron a las unidades de guerra a la que habían sido destinados. Ellos nos salvaron, pero tuvieron que pasar muchos peligros y sinsabores.
60º Aniversario de la llegada del Winnipeg a Chile. Centro Cultural de España. Santiago de Chile. 7 de Septiembre de 1999. (Historia de los pasajeros del Winnipeg. Mesa redonda: Ovidio Oltra.5)

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Historia de los pasajeros del Winnipeg. Mesa redonda: Ovidio Oltra.4_ llegada a Valparaiso

El mar se movía bastante. Cuando llegamos a Arica, prácticamente todo se había, de nuevo, calmado. Entrábamos en Chile con un mar calmo, como dice su himno. Ya entrando a Arica, subieron las autoridades, subieron los oficiales de policía internacional, subieron los médicos, empezaron a vacunar, empezó la gente a distraerse y empezó a mirar hacia la costa y aunque no se veía nada, porque la costa sólo un muro, la costa de Chile, entre Valparaíso y Arica es como un muro, nada más, no hay un árbol, casi no se ven ciudades.
Llegamos a Valparaíso en una noche estrellada, que nos llenó de una impresión imponderable. Ver la bahía toda rodeada de multicolores luces. Esa es la impresión que muchos guardaremos siempre. Yo me quedé, como otros muchos, hasta muy tarde, mirando. No habíamos pisado terreno firme desde Burdeos y aquello iba a ser nuestro terreno firme. La impresión esa se grabó para siempre. Cuando me fui a dormir ya era tarde, no pude casi dormir. Al día siguiente, temprano, empecé a oír por todos los pasillos, la gente arrancando con sus maletas, sus valijas y armando un lío fenomenal, entonces también me tuve que levantar y llegar a cubierta. Ahí, abajo, había una multitud enorme esperando que se diera la orden de bajar. Ese es un recuerdo que realmente no se olvidará jamás.(Historia de los pasajeros del Winnipeg. Mesa redonda: Ovidio Oltra.4)

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Mi abuelo José Ramón Gallardo Valero

Hola, mi nombre es Claudio Cortes Gallardo, y he creado una página en Facebook para buscar a los descendientes de mi abuelo que quedaron en España, luego que dejara su país después de la guerra civil en el año 1939. Mi objetivo es conocerlos, contarles sobre mi abuelo y cerrar el círculo familiar que por tanto años ha estado con este vacío histórico.

José Ramón Gallardo Valero, nació el 02 de noviembre de 1899, en la localidad de Caniles, Granada, España. Durante la guerra civil española (1936-1939) combatió en las filas republicanas y que producto de la difícil situación que se vivía en ese momento por la guerra, se vio obligado a auto exiliarse a Francia y llegó a Chile en el buque carguero llamado Winnipeg, que fue gestionado por el querido Pablo Neruda para transportar a más de 2.000 españoles refugiados que serían recibidos en Santiago de Chile el 3 de septiembre de 1939. Esto lo llevó a dejar su patria y también a su familia e hijos, que nunca más volvió a ver. Luego de su llegada a Chile, pasado los años, mi abuelo se casa con la que fue mi abuela y yo soy uno de sus descendientes.
Los nombres de sus hijos que dejo en España, son: Ana María, Antonia, José Luis y Manuel.
En este momento vivo en Polonia, pero en breve dejare este pais para recorrer el mundo, esperando que algun dia haga contacto con alguno de los descendientes de mi abuelo.

Gracias Maria por el espacio que nos has dado.

Un abrazo para todos!
Claudio Cortes Gallardo

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Ovidio Oltra Alonso tio de Raquel Valero Oltra

El exilio en Chile. testimonio de Ovidio Oltra Alonso. Texto de Maria Fernanda Mancebo. Universidad de Valencia

Ovidio Oltra Alonso es valenciano (tío de Raquel Valero Oltra que también ha contribuido a este poema). Hijo de Vicente Oltra, familia que hasta hace pocos años tenía una tienda de calzado en el centro de Valencia. Fue soldado de la República y perteneció a las juventudes de izquierda republicana. Hoy vive en Chile, es presidente de la Asociación Winnipeg y de la Casa de Valencia. Y como exiliado asistió al congreso L’ exili y cultural de 1939, que tuvo lugar en esta universidad en 1999. Entonces me dejó como coordinadora, estas Memorias, de las que hoy publicamos un fragmento como testimonio.
LA CRISIS CONSTITUCIONAL DESDE UNA PERSPECTIVA REPUBLICANA
Presentación: El viaje del Winnipeg dio comienzo al exilio republicano en Chile. La aseveración de que los emigrados que llegaron después fueron numéricamente irrelevantes –no llegarían a un centenar- según Vicente Lloréns , se ha modificado por el estudio realizado por Encarnación Lemus que sitúa su número en unos 3500 . Chile fue uno de los tres países –con México y República dominicana- que dió asilo voluntario a los refugiados españoles. De todas maneras fue el empeño de Pablo Neruda, con la ayuda de Gabriela Mistral, la Alianza de Intelectuales para Defensa de la Cultura y el gobierno español en el exilio, quienes consiguieron este otro puerto de acogida para la desconcertada y desolada multitud de españoles que poblaban los campos de concentración y las playas del sur de Francia.
El gobierno del Frente Popular de Chile decidió enviar a Francia como cónsul honorario, encargado para la emigración española a Pablo Neruda que lo cuenta en sus Memorias: “a cumplir la más noble misión que he ejercido en mi vida: la de sacar españoles de sus prisiones y enviarlos a mi patria. Casi inválido, recién operado, enyesado en una pierna salí de mi retiro –Isla Negra- y me presenté al presidente de la República. Don Pedro Aguirre Cerdá me recibió con afecto.
– Sí, tráigame millares de españoles. Tenemos trabajo para todos. Tráigame pescadores; tráigame vascos, castellanos, extremeños.
Y a los pocos días, aún enyesado, salí para Francia a buscar españoles para Chile.”
Pero la misión no fue tan fácil. “La posibilidad de enviar españoles a Chile enfurecía a los engolados diplomáticos”. Situaron la oficina de Neruda en un cuarto piso de la embajada para dificultar el acceso a los que acudían y especialmente de los heridos o los supervivientes de los campos de concentración. También pasaron por allí escritores, profesionales liberales y obreros de todas las especialidades. A pesar de todo, y de un telegrama de Aguirre, que muy presionado por determinadas fuerzas políticas, suspendía la operación, Neruda tras una larga conversación con el presidente y apoyado por Juan Negrín consiguió su propósito. No sin antes haber amenazado con suicidarse en una conferencia de prensa.

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pintor José Balmes

El pintor José Balmes (1927-2016) recuerda: «Toda la bahía estaba iluminada, casi nadie se movió de cubierta hasta el amanecer. Había sol de primavera ese 4 de septiembre. En tierra rostros y manos nos decían su amistad, su bienvenida.
Después de mucho tiempo sabíamos nuevamente el significado de un abrazo (…) El tren nos llevó pronto a Santiago y, al paso lento por las estaciones, gentes que no conocíamos nos entregaban rosas y claveles. Al anochecer miles de hombres y mujeres nos esperaban en la estación Mapocho en medio de una multitud de cantos y banderas. Un tiempo después esta tierra también sería ya la mía para siempre». Rosenvinge, Teresa. El barco de los pintores. In Chile y España: El Winnipeg, Cuadernos Hispanoamericanos, 2009 no. 711 p. 35-39.

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