Category: Memoria Chilena
Agnes América Winnipeg
ah….y recuerdo que la madre de Agnes América Winnipeg….por nombres, llegó al muelle de Trompeloup sola, sin el marido y con dos niños pequeños y un embarazo de casi nueve meses………………. Neruda se negó a darle la visa…y ella, . amenazó con tirarse al mar..y..encaminándose a la orilla..tuvieron que retenerla y el señor vate……le dio el pase,,,:..su marido por su parte también logró subir a bordo..y al cabo de una semana nació la pequeña ..por eso lleva esos nombres ..Agnes, por la mujer del capitán….cada uno tiene su historia…
corazón partido en español, francés e inglés
raices comunes: Siempre se vivirá con el corazón partío……..eterna nostalgia…..
communal roots: we will always leave with a broken hart ….. eternal nostalgia…
Cœur brisé
racines communes : nous vivrons le restant de nos jours avec le cœur brisé… une nostalgie sans fin…
Alejandro Dávila, raices comunes
Alejandro Dávila
Raices comunes: A todos nos pasa lo mismo. Somos hijos del exilio político de nuestros padres a lo que le sumamos las desventuras locales como en nuestro caso las dictaduras militares argentinas……
Exiliada – Raquel Valero
¿De dónde soy? Exiliada – Raquel Valero: Siento que todos y todas las que escribimos por aquí, tenemos, de alguna manera, un pasado o unas raíces comunes. Esas raíces y ese pasado que sólo desde este nuevo siglo, empiezo a buscar. Una de las cosas para mí, importantísima, fue volver a Chile en el 2003. Y me pregunto ¿de dónde soy exiliada, yo? Por lo visto, se supone, que al nacer en España, sería de España, pero mi dolor y mi añoranza, durante años, fue de Chile. Hoy en día, estoy más adaptada aquí, sobretodo en Valencia, que era donde mi familia quería volver y la tierra que añoraba, pero nunca sé de dónde soy. Quizá como dice Sylvia, medio santiaguina, medio valenciana. Aunque siempre digo que yo soy una chileno-valenciana, porque para mí, España la siento más lejana, quizá por cuestiones políticas y esa bandera que no conocía, ni reconozco…
Ovidio Oltra Alonso- sobrina- Raquel Valero
Mi tío Ovidio Oltra Alonso fue en el Winnipeg. Mis abuelos y mi otro tío y familia fueron al final de los 40. Nosotros fuimos en los 50, yo muy chiquitita. Tengo un hermano que nació allí. Llevo a Chile en el corazón y aunque nací en España, me costó mucho adaptarme aquí. Como crecí en Santiago, no tengo muy claro de donde soy, pero quizá eso no importa. Después de tanto tiempo, ya tengo mi vida hecha en Valencia. Aquí en Valencia estudié, aquí nacieron mis hijos y mis nietas, pero si se pudiera acercar Chile, en el espacio, y estar cerquita de aquí, sería feliz.
Gracias al Winnipeg y el viaje de mi tío, hermano mayor de mi madre, yo llegué a Chile y disfrute de ese hermoso país, pero las dictaduras marcan mi vida…
Neruda- segundo ciclo de su poesía
Distanciándose de su inicial introspección, el segundo ciclo de la poesía de Neruda se dirigió hacia una profunda conciencia social. Hacia mediados de la década de 1920 la sociedad chilena había cambiado notablemente impactando en la visión que el poeta poseía de la vida, tal como él mismo reconoció posteriormente en sus memorias. Neruda había tomado conciencia del retorno de miles de obreros del salitre cesantes a la capital, de la lucha emprendida por Luis Emilio Recabarren, de las reivindicaciones estudiantiles y populares, y del inquebrantable dominio de la oligarquía. Sin ánimo de erradicar el amor, la vida, la alegría o la tristeza de su poesía, Neruda reconoció tajantemente que de la misma manera sintió que “No era posible cerrar la puerta a la calle dentro de mis poemas”. (Confieso que he vivido, 1979, p. 76). A la par de estas circunstancias sociales, la introducción de la política en su poesía y vida fue impulsada por su temprana carrera diplomática iniciada en 1927, año en que fue nombrado como Cónsul chileno en Birmania, lo que inauguró sus contactos con el mundo y sus afanes por la justicia social. En 1927 precisamente aparecerá publicado en España un libro escrito en sus viajes por oriente y Europa, y que se convertirá a ojos de la crítica como unas de sus obras cumbres: Residencia en la Tierra.
La creatividad literaria y poética de Pablo Neruda lo hizo acreedor del transversal reconocimiento de pares y críticos. En 1965 le fue otorgado el grado de Doctor Honoris Causa en la Universidad de Oxford, Gran Bretaña. En 1945 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura y en 1971 recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo el sexto escritor de habla hispana y el tercer latinoamericano en recibir tan importante distinción.
Pablo Neruda fue una figura clave de la cultura y política chilena del siglo XX impactando notablemente en la sociedad y en el mundo artístico nacional. El 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado y de la muerte de su amigo el presidente Salvador Allende, Pablo Neruda falleció en Santiago en la Clínica Santa María víctima de un cáncer de próstata. Con motivo del centenario del nacimiento del poeta, el archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile, montó la exposición “Las Vidas del Poeta”
Memoria Chilena Fuente: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3638.html
Como mi abuelo Francisco Mencía, se convirtió en parte de esta historia y este poema
En 2015 estaba trabajando en un proyecto de visualización de datos marítimos y el recorrido de barcos cuando recordé que mi abuelo había vivido en Argentina. Sólo recientemente había encontrado una cédula -así llamaban allí a los carnets de identidad- en casa de mi madre,en su pueblo de origen que está en la provincia de Guadalajara, en España. Como hoy en día todo tipo de información se busca en internet, decidí escribir su nombre, Franciso Mencía Roy y el de la ciudad donde vivió en Argentina, Comodoro de Rivadavia. Cúal sería mi sorpresa cuando encontré su nombre y el de su hermano Cosme en la lista de pasajeros de un barco que se llamaba Winnipeg. Nunca imaginé que sus nombres pudieran aparecer en ese medio de comunicación, me quedé boquiabierta y desde ese momento mi proyecto siguió una trayectoria completamente diferente. Empecé a indagar sobre el Winnipeg, nadie en mi familia sabía que ellos había viajado en este barco. Después de la Guerra Civil en España, hubo muchos republicanos españoles que huyeron a Francia y los retuvieron en campos de concentración en el sur del país y, al parecer, mi abuelo y su hermano estuvieron en uno de estos campos. Para mí fue toda una revelación. Además descubrí que el famoso poeta Pablo Neruda, que trabajaba como cónsul oficial de inmigración, y vivía en Chile en ese momento, conmovido ante esa situación, con su amor a España y con un sentimiento solidaridad por la causa, había salvado a estos refugiados, para lo que contó con la colaboración de Pedro Aguirre Cerda, el Primer Ministro de Chile en esa época. Él fue quien organizó el buque del Winnipeg para que viajara a Valparaiso (Chile) desde Trompeloup (Francia) el 4 de agosto de 1939, con 2.200 exiliados de la Guerra Civil a los que aparentemente entrevistó y entre los cuales se encontraban mi abuelo y su hermano.
Resultaba increíble que, gracias a Pablo Neruda, mi abuelo se hubiera salvado de los campos de concentración franceses y hubiera conseguido un pasaje tan anhelado en aquel buque. Por lo que me han contado siempre tanto mi familia como el antiguo médico del pueblo, él trabajaba como enfermero y esto me hace suponer que su experiencia en esta profesión debió de ser muy útil en tan largo viaje. Intenté encontrar familiares que quizá me pudieran aportar más información, sin embargo, no obtuve ningún resultado hasta que, recientemente, descubrí que su hermano Cosme había estado casado en Chile y tenía descendientes.
Era sorprendente ver cómo no sólo la historia de mi abuelo se estaba desplegando ante mis ojos – al descubrir relatos e información sobre este importante acontecimiento histórico, que de hecho, todavía se pierde en la memoria de España, ya que no es bien conocido – sino también cómo este hecho había impactado e influido en mi propia vida.
Viajé a Buenos Aires y presenté el primer prototipo del proyecto en el festival de E-Poetry 2015, ante el asombro de la audiencia. El día de la apertura de la exposición en el Museo de la Inmigración (MUNTREF), lo que antiguamente había sido el hotel donde se alojaban los emigrantes que llegaban al puerto, tuve otra maravillosa sorpresa. El museo tenía digitalizadas todas las llegadas de pasajeros al puerto y encontré documentos que registraban la visita que mi abuela realizó para encontrarse con su marido el 12 de febrero de 1951, en el buque de Cabo de Buena Esperanza. Ella había viajado con todos sus hijos excepto con mi padre que, por ser mayor tuvo que quedarse en España para hacer el servicio militar. Mis tíos eran jóvenes, veinte años la mayor, dos chicos de dieciocho y dieciséis y la más pequeña de trece años. Esta fecha indica que la familia llevaba once largos años sin ver a mi abuelo. Cuando todo parecía volver a su cauce, mi abuelo falleció, apenas hacía dos meses del reencuentro, y mi abuela decidió regresar a España con la hija menor, mientras que los hijos mayores se quedaron para buscarse un futuro mejor. Finalmente se asentaron en Caracas (Venezuela). Años más tarde mi padre iría con mi madre a visitarlos, esta visita se alargó por siete años y allí nací yo.
Nunca pensé que le tendría que agradecer tanto al poeta de los “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” (que yo había recomendado leer a muchos de mis alumnos cuando daba clases de español en Londres), al Pablo Neruda del “Libro de las preguntas”. Él ha contribuido a forjar, en cierto modo, mis intereses en la vida: los viajes, las culturas, los lenguajes, la literatura, el arte, el explorar y ser curiosa, el ser de otro sitio y por ello algo diferente, el ser triste y alegre a la vez, el mantenerme con los pies en el suelo, con entereza y perseverancia durante tantos años; porque veo ahora que es fruto de la herencia familiar. También tengo que añadir que a mi padre siempre le envolvió una tristeza y amargura debidas a la perdida de su padre. Cuando tenía unos once años, mi abuelo se fue a la guerra y más tarde al exilio y no volvió a verlo nunca más. A ello hay que sumar las muchas peripecias que conllevó el perder al cabeza de familia.
Se podría decir que esta historia precedente y que me ha acompañado, sin yo saberlo, es el fruto de muchos de mis proyectos y, sobre todo, de algunos muy relacionados al “Poema que cruzó el Atlántico” como son “Cityscapes: Social Poetics/Public Textualities” (“Panorámicas Urbanas: Poéticas Sociales/Textualidades Públicas”) 2005 y “Connected Memories” (“Memorias entrelazadas”) 2009. ¡Qué arraigados tenemos algunos sentimientos y qué ajenos somos a ellos!
Después del festival de E-Poetry Buenos Aires, fui a la maravillosa ciudad de Valparaiso en Chile, visité las casas de Pablo Neruda, Isla Negra, y a Santiago de Chile donde seguí investigando en archivos, centros comunitarios, galerías, haciendo videos, fotografías, hablando con gente y cuando me preguntaban que por qué había ido a Chile, les respondía que me había llevado mi abuelo. Era un sentimiento bonito que me reconfortaba y me hacía sentirme bienvenida en un país donde nunca había estado, pero que de alguna manera era parte de mi; sorprendentemente me sentía como en casa y con gratitud por la generosidad de su gente.
Biografia de Neruda en el archivo de la Memoria Chilena
Uno de los poetas más importantes de la literatura mundial del siglo XX. La influencia de su vida y obra trasciende el ámbito literario, permeando todos los campos de la cultura popular y académica, la historia política y social del país.
Pablo Neruda fue uno de los poetas más fecundos de la literatura chilena, latinoamericana y mundial del siglo XX. La influencia de su vida y obra trasciende el ámbito literario, permeando todos los campos de la cultura popular y académica, irradiando la historia política y social del país y alzándose como un referente indiscutido para la creación artística contemporánea.
En 1918 publicó sus primeros poemas, “Mis Ojos” y “Primavera”, en la revista Corre Vuela, uno de los primeros exponentes del periodismo moderno chileno. Pese a su germinal talento, la poesía no fue del agrado de su padre. De ahí en octubre de 1920 el joven Neftalí Reyes decidió adoptar el seudónimo de Pablo Neruda, con el fin de evitar las preocupaciones familiares y ocultar así los esperados altibajos en la precoz trayectoria de un joven poeta provinciano.
En 1921, con apenas 16 años de edad, Neruda se trasladó a Santiago con el objetivo de estudiar Pedagogía en Francés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. El ambiente intelectual y literario en torno a la Universidad y la vida bohemia santiaguina permitió que Neruda interactuara con otros poetas y escritores, integrando la conocida generación literaria de 1920 compuesta entre otros por Tomás Lago, Alberto Rojas Jiménez, Juvencio Valle y Romeo Murga. Nutrido por esta feliz coyuntura Neruda logró difundir sus primeros trabajos y participar en concursos de poesía como la Fiesta de la Primavera, organizada por la Federación de Estudiantes de Chile, donde fue merecedor del primer puesto por su poema “La Canción de la Fiesta” en 1921.
En esta primera época, la obra de Neruda estuvo marcada por una poesía autorreferencial, abundando alusiones ligadas a experiencias personales en torno al amor y la nostalgia, pero que se caracterizó por la sensibilidad de expresar y entrar en comunión con los sentimientos de otros. En 1923 y con gran aceptación de críticos como Alone, Raúl Silva Castro y Pedro Prado, Neruda publicó Crepusculario donde reunió parte de sus primeros escritos. En 1924 la Editorial Nascimiento publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada, texto fundamental plagado de erotismo y romanticismo, que lo catapultó como uno de los escritores más prodigiosos del ámbito nacional. De esta época también responde sus incursiones por la vanguardia reflejada en su única novela El Habitante y su Esperanza y Tentativas del Hombre Infinito.
Memoria Chilena Fuente: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3638.html
Comment mon grand-père a fait partie de cette histoire
Comment mon grand-père a fait partie de cette histoire
En 2015, je travaillais sur un projet de visualisation des données maritimes (que vous pouvez découvrir en suivant ce lien : http://lumacode.com/projects/gttw/ ) et j’avais pour idée de le transformer en une représentation poétique du port de Buenos Aires, où je savais que mon grand-père avait vécu lorsqu’il était en Argentine. Je venais tout juste de retrouver une vieille carte d’identité chez ma mère, dans leur village natal de la province de Guadalajara en Espagne.
De nos jours, on peut presque tout trouver sur Internet, et j’ai donc décidé de faire une recherche avec son nom, Franciso Mencía Roy, accompagné de la ville où il avait vécu en Argentine, Comodoro Rivadavia. À ma grande surprise, j’ai retrouvé mon grand-père et son frère Cosme sur la liste des passagers d’un navire baptisé le Winnipeg. Ma surprise était d’autant plus importante que je ne m’étais pas du tout attendue à trouver leurs noms en ligne. Dès lors, ce projet a pris une tout autre dimension. Ma curiosité était piquée : je voulais en apprendre davantage et explorer ces nouvelles possibilités pour créer une œuvre à la fois historique et artistique, basée sur un évènement intime et personnel, que je pourrais présenter au festival E-Poetry à Buenos Aires.

C’est ainsi que j’ai commencé à faire des recherches sur le Winnipeg. Personne dans ma famille ne savait qu’ils avaient voyagé à son bord. Après la guerre civile d’Espagne, beaucoup de républicains espagnols, dont mon grand-père et son frère semblaient faire partie, s’étaient enfuis en France et avaient fini prisonniers dans des camps de concentration dans le sud du pays. Cette découverte a été un véritable choc pour ma famille, d’autant plus que j’ai appris par la suite que le célèbre poète chilien Pablo Neruda, amoureux de l’Espagne et ému par la situation de ces réfugiés, avait décidé de les aider par pure solidarité. Il résidait alors au Chili où il travaillait comme consul chargé de l’immigration et, avec le soutien du Premier ministre chilien, Pedro Aguirre Cerda, il affréta le Winnipeg pour un voyage qui devait mener les 2200 Espagnols exilés de la guerre civile de Trompeloup, en France, à Valparaiso, au Chili, le 4 août 1939.
(Vous pouvez lire « Misión de amor » [Mission d’amour] dans le recueil de Neruda, Memorial de la Isla Negra [Mémorial de l’île noire]. Dans ce magnifique poème dont le titre peut être interprété comme « un travail de l’amour » ou « une mission d’amour », il explique comment il appelait ces réfugiés par leur nom et comment ils se présentaient à lui, en indiquant leurs professions. Il les compare à des graines qu’il aurait semées dans l’océan et qui faisaient route vers la paix.)
Avant que le Winnipeg ne largue les amarres, l’atmosphère était remplie d’émotion. On raconte que Pablo Neruda en a été si touché qu’il a voulu consigner ce souvenir bien précis en écrivant ces mots : « Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie » (Que la critique efface toute ma poésie si bon lui semble, mais ce poème que j’écris aujourd’hui, personne ne pourra l’effacer.)
J’avais du mal à croire que mon grand-père avait été sauvé des camps de concentration français par Pablo Neruda et qu’il avait pu voyager à bord de son cargo. À ce que je sais, mon grand-père était infirmier et j’imagine que pour un voyage aussi long, cela faisait de lui un atout. J’ai essayé de retrouver de lointains cousins susceptibles de me donner des informations sur le Winnipeg ou d’avoir de la famille au Chili, mais ce n’est que très récemment que j’ai appris que Cosme s’était marié et avait de la famille dans ce pays. Malheureusement, je ne l’ai su qu’après mon voyage au Chili et je n’ai pas encore réussi à entrer en contact avec eux.
C’est ainsi que mon projet de recherche-création est passé des applications mobiles et de la visualisation des données maritimes à une exploration des évènements en lien avec la guerre civile espagnole et à la mémoire historique de l’Espagne et du Chili. J’ai découvert des livres et des expositions en rapport avec le Winnipeg et ses passagers, leurs vies et leurs familles, ainsi que l’URL des archives de La Memoria Chilena. C’était incroyable voir l’histoire de mon grand-père se déployer ainsi sous mes yeux, de dénicher des anecdotes et des informations sur cet évènement important bien que largement oublié en Espagne, et de voir comment cela m’a personnellement affectée et influencée.
J’ai commencé par vouloir créer une visualisation poétique des navires en partance pour l’Amérique latine au cours du mois d’août 1939. Le Winnipeg en serait la vedette, un cargo rempli d’adieux, d’émotions et d’espoirs. J’ai pris contact avec des bibliothèques pour tenter de localiser le journal de bord du bateau, ou toute autre sorte d’information numérisée qui m’en aurait appris davantage sur les navires en partance de France et d’Espagne cette année-là. À ce jour, je n’ai pas encore trouvé de version numérique du trajet emprunté par le Winnipeg. De telles données associées à des coordonnées auraient été très utiles pour visualiser précisément la traversée du cargo, mais j’ai tout de même trouvé dans les archives de La Memoria Chilena une carte où l’on peut voir la route empruntée par les navires entre Trompeloup et Valparaiso. C’est cette carte qui fait aujourd’hui partie du projet et le parcours du Winnipeg y est représenté par une ligne de texte contenant les noms de tous ses passagers.

Je me suis rendue à Buenos Aires en 2015 pour présenter le prototype de ce projet au festival E-Poetry. L’auditoire m’a témoigné beaucoup d’intérêt et de curiosité. Une autre surprise m’attendait au Museo de la Inmigración (MUNTREF), autrefois l’hôtel des immigrants en raison de sa proximité avec le port. Le jour de l’inauguration, j’ai appris qu’ils avaient numérisé les listes des passagers débarqués au port et j’y ai trouvé une preuve de l’arrivée de ma grand-mère, le 12 février 1951. Elle avait voyagé sur le Cabo de Buena Esperanza avec quatre de ses enfants — mon père ayant dû rester en Espagne, car il était en âge d’effectuer son service militaire. Mes oncles et tantes étaient alors jeunes : l’aînée avait 20 ans, les deux garçons en avaient respectivement 18 et 16, et la benjamine était âgée de 13 ans. La date de leur arrivée m’indiquait que cela faisait onze très longues années qu’ils n’avaient pas vu mon grand-père. En plus de cela, j’ai appris que ma grand-mère et sa plus jeune fille étaient rentrées rapidement en Espagne, car mon grand-père était mort peu de temps après leur arrivée. Leurs trois autres enfants avaient décidé de rester en Amérique latine pour y bâtir une vie meilleure et avaient fini par s’installer à Caracas. Bien des années plus tard, mon père a fait le voyage jusqu’au Vénézuéla pour y rendre visite à sa famille, accompagné de ma mère. D’abord partis pour une courte visite, ils auront passé sept ans là-bas… Et c’est aussi là-bas que je suis née.
Jamais je n’aurais imaginé avoir une dette envers le poète auteur des Vingt poèmes d’amour et une chanson désespérée que j’ai tant de fois recommandés à mes étudiants en espagnol à Londres, ce même Pablo Neruda qui a écrit Le livre des questions. Je lui dois d’avoir contribué à forger mes centres d’intérêt : les voyages, les cultures, les langues, la littérature, les arts, le besoin d’explorer et d’être curieuse de tout, le sentiment permanent de venir d’ailleurs et d’être différente, de connaître à la fois la joie et la mélancolie, ma capacité voler de mes propres ailes et à faire preuve de persévérance et de détermination — un trait que je sais désormais hérité de ma famille. Enfin, je lui dois d’avoir sauvé mon grand-père et son frère. Je me dois aussi d’ajouter que mon père a toujours éprouvé de la tristesse et de l’amertume à l’idée d’avoir perdu son père alors qu’il n’avait que onze ans, lorsque mon grand-père est parti d’abord à la guerre, puis en exil, et de ne l’avoir jamais revu.
On pourrait dire que cette histoire qui m’a accompagnée sans même que je le sache est le fruit de nombre de mes projets, en particulier ceux en lien avec ce « Poème qui a traversé l’Atlantique », tels que « Cityscapes : Social Poetics/Public Textualities » (2005) et « Connected Memories » (2009). C’est drôle comme nous ignorons parfois la source de nos sentiments les plus profonds !
Après le festival E-Poetry de Buenos Aires, j’ai continué à faire des recherches et me suis rendue au Chili, dans la superbe ville de Valparaiso. J’y ai visité les demeures de Neruda, Isla Negra et Santiago du Chili où j’ai continué à éplucher les archives, à écumer les centres communautaires et les galeries, à filmer, à prendre des photos et à parler aux habitants. Et lorsque ceux-ci me demandaient ce que je faisais au Chili, je leur répondais que mon grand-père m’y avait amenée. C’était un sentiment merveilleux qui me réchauffait le cœur et me donnait l’impression d’être la bienvenue dans ce pays, comme si une partie de moi y avait toujours appartenu. Je me sentais chez moi dans un lieu où je n’étais jamais venue auparavant et débordais de gratitude envers la générosité que me témoignaient les habitants.
Pour finir : nous avons créé ce site pour encourager les lecteurs, les familles des passagers et quiconque aimerait contribuer à soumettre leurs propres histoires pour qu’elles viennent s’ajouter à cette visualisation poétique du voyage du Winnipeg. C’est ce que j’ai intitulé « Le poème qui a traversé l’Atlantique ». Il me semble avoir lu cette phrase au cours de mes recherches et j’ai aussitôt aimé cette image du navire comme poème transportant ses nombreuses histoires. Le Winnipeg a transporté les histoires entremêlées des passagers et de leurs familles, et celles-ci sont désormais représentées dans l’océan du World Wide Web, en compagnie des poèmes de Pablo Neruda et des informations en lien avec cet évènement.
Un poème créé avec affection pour un grand-père que je n’ai jamais connu ; pour mon père qui n’a pas revu son propre père depuis ses onze ans ; et pour tous ceux qui traversent aujourd’hui des épreuves similaires. Les perdus, les réfugiés, les exilés.