Todo el recinto hasta el mar estaba tapizado por una desorbitante multitud. No cabía hombre más.
Las mujeres y los niños estaban concentrados en otro campo. Los guardias franceses daban tiempo cosa de comer a los exiliados de la guerra española. Causaba horror el ver aquel espectáculo verdaderamente trágico los rostros famélicos, febriles, de los desvalidos que soportaban las inclemencias meteorológicas Y que dormían sobre la arena húmeda. Todos deberíamos en la buen pura de los pantanos llenos de parásitos, de Juncos podridos y de hierba anémica. Era una agua salada que ocasionaba trastornos intestinales. Se ha escrito mucha literatura referente al campo de concentración de Saint Ciprien. Ninguno de los autores ha exagerado la realidad de ese infierno, pues todos han dicho siempre la verdad. (En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir, p 50)
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republicanos en campos de concentracion
¡Cuán duro le resultó aceptar la realidad! Francia enviaba a los republicanos a campos de concentración, los consideraba prisioneros de guerra, nos rodeaba y alambradas, apostaba una nutrida vigilancia en tomo a ellos y no les proporcionaba un techo para protegerlos de las lluvias, el viento y el frío. Solo recibieron un trozo de pan y agua que tardo bastante en llegar a sus manos. ( En Los españoles del Winnipeg, J Ferrer Mir, p 34)
Amster Cats, Maurizio
De acuerdo a su cédula de identidad Maurizio era de nacionalidad española, nacido el 4-06-1907 en Lwow (Polonia). Estado civil casado e iba acompañado por su esposa Abelarda Amenedo Meraldino de Coruña en Galicia, nacida el 10-3-1912. La profesión de Maurizio era dibujante. Rostro ovalado, ojos castaños, cabello negro. Viajó en el Winnipeg.
Pey Casado, Victor
De acuerdo a su cédula de identidad Victor era de nacionalidad española, nació en Madrid el 31-08-1915, viajó solo, de profesión ingeniero, estado civil soltero, de rostro ovalado, ojos castaños, cabello negro. Viajó en el Winnipeg.
Marujina Castiello
Del documental’El Largo viaje de Marujina Castiello’ de Luis Felipe Capellín. Sola Siempre Sola: “Tras el triunfo de los golpistas, la represión, además de los asesinatos y la cárcel, también utilizó, sin ningún tipo de juicio previo, el destierro por el que personas de unas regiones se vieron obligadas a desplazarse a otras en las que tuvieron que luchar por su supervivencia.”
“A quienes, a manos del franquismo, sufrieron la más brutal represión por defender las ideas de Libertad, de Solidaridad y de Justicia.” Compartido en Facebook por Nusta Aguilar Valenzuela, 25 Nov.2016
Los refugiados españoles en Chile (1939)
El triunfo de las fuerzas militares encabezadas por el general Francisco Franco, no sólo puso fin a la guerra civil española, sino que arrojó al exilio a una gran cantidad de hombres y mujeres que se vieron obligados a emigrar rumbo a otras tierras en busca de asilo y refugio…
La derrota del bando republicano español frente a las fuerzas militares encabezadas por el general Francisco Franco, no sólo puso fin a la guerra civil sino que además arrojó al exilio a una impresionante cantidad de hombres y mujeres, que se vieron obligados a emigrar rumbo a otras tierras en busca de asilo y refugio. La magnitud de esta tragedia no dejó indiferente a nuestro país. Por el contrario, el propio presidente Pedro Aguirre Cerda, líder del Frente Popular comprometió los esfuerzos del Estado para apoyar y financiar el traslado a nuestro país de un cierto número de refugiados españoles, reafirmando su solidaridad hacia el pueblo español y el carácter universal de la causa republicana.
Para tal efecto, designó cónsul delegado para la inmigración española en París a Pablo Neruda, a fin de que se hiciera cargo de la organización y ejecución del traslado de miles de españoles prisioneros en los campos de concentración del sur de Francia. Su tarea pronto dio los frutos esperados. El 4 de agosto de 1939 zarpó desde el puerto francés de Pauillac rumbo al puerto de Valparaíso, el barco carguero Winnipeg. Este navío trajo a más de 2.200 refugiados que arribaron a Chile el 3 de septiembre de ese mismo año.
Entre los pasajeros, estaba representado todo el espectro ideológico y regional español: comunistas, socialistas, anarquistas, nacionalistas y republicanos; catalanes, vascos, andaluces, gallegos, valencianos y madrileños. A todos los unía un arraigado compromiso de solidaridad y compañerismo, como también sus profundas convicciones antifascistas, según dan cuenta diversos testimonios y entrevistas.
En Chile, numerosos intelectuales, políticos y poetas nacionales habían manifestado con anterioridad su adhesión y compromiso con los combatientes de la causa republicana. Adhesión que prontamente se materializó en la formación del Comité Chileno de Ayuda a los Refugiados Españoles, cuyo objetivo fue otorgarles el mayor apoyo posible a los recién llegados. Cabe mencionar que gran parte de los pasajeros del Winnipeg eran obreros especializados, técnicos y profesionales, que realizaron un valioso aporte en al desarrollo de la industria y el comercio nacional. Muchos de ellos sobresalieron por sus trabajos en la industria editorial, del mueble, de la pesca y conservera; así como en el desarrollo científico y en la industria gastronómica.
Al mismo tiempo, algunos se convirtieron rápidamente en promisorios artistas e intelectuales que influyeron significativamente en la cultura y el arte nacional. Algunos nombres destacados son José Balmes, Roser Bru, José Ricardo Morales, Leopoldo Castedo, Antonio Romera, Mauricio Amster entre otros.
source: Memoria chilena: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-732.html
Lista de pasajeros- mi abuelo y su hermano
Después de la Guerra Civil en España, muchos de los republicanos españoles que huyeron a Francia terminaron en los campos de concentración del sur del país y entre ellos se encontraban mi abuelo Francisco Mencía Roy y su hermano Cosme Mencía Roy.
En 2015 cuando estaba haciendo un proyecto de visualización de barcos y poesía, con la idea de presentarlo en el festival de e-poetry en Buenos Aires, es cuando hice este descubrimiento al encontrar sus nombres en el internet, en una lista de pasajeros de un barco de carga llamado Winnipeg. El famoso poeta Pablo Neruda, que trabajaba como cónsul oficial de inmigración, y vivía en Chile en ese momento, por su amor por España y con la solidaridad de la causa, decidió ayudar a estos refugiados con la asistencia de Pedro Aguirre Cerda, el Presidente de Chile en ese momento. Neruda fue el que flotó el barco el 4 de agosto de 1939 del Puerto de Trompeloup – Pauillac (Francia) a Valparaíso (Chile), con cerca de 2.200 españoles exiliados
En un principio pensé que sería una buena idea crear una visualización de los barcos que viajaron a América Latina durante el mes de agosto de 1939, con el Winnipeg siendo la estrella, como la nave de cargo de muchos sentimientos, esperanzas y despedidas. Desafortunadamente no fue fácil encontrar la información sobre los barcos digitalizada pero la emoción de ver el nombre de mi abuelo en el internet y esta parte de la historia de su vida y, de España, me llevo a investigar más en este terreno y tomar la oportunidad de a la vez que viajaba a Buenos Aires, visitar Valparaiso y Santiago de Chile el el verano del 2015. (M.Mencía)
Neruda Poemas: Misión de amor, en su libro Memorial de Isla Negra
Yo los puse en mi barco.
Era de día y Francia
su vestido de lujo
de cada día tuvo aquella vez,
fue
la misma claridad de vino y aire
su ropaje de diosa forestal.
Mi navío esperaba
con su remoto nombre “Winnipeg”
Pero mis españoles no venían
de Versalles,
del baile plateado,
de las viejas alfombras de amaranto,
de las copas que trinan
con el vino,
no, de allí no venían,
no, de allí no venían.
De más lejos,
de campos de prisiones,
de las arenas negras
del Sahara,
de ásperos escondrijos
donde yacieron
hambrientos y desnudos,
allí a mi barco claro,
al navío en el mar, a la esperanza
acudieron llamados uno a uno
por mí, desde sus cárceles,
desde las fortalezas
de Francia tambaleante
por mi boca llamados
acudieron,
Saavedra, dije, y vino el albañil,
Zúñiga, dije, y allí estaba,
Roces, llamé, y llegó con severa sonrisa,
grité, Alberti! y con manos de cuarzo
acudió la poesía.
Labriegos, carpinteros,
pescadores,
torneros, maquinistas,
alfareros, curtidores:
se iba poblando el barco
que partía a mi patria.
Yo sentía en los dedos
las semillas
de España
que rescaté yo mismo y esparcí
sobre el mar, dirigidas
a la paz
de las praderas.